Soy Juan, estoy encarcelado hace dos años. Mi vida fue horrible, perdí todo y ahora estoy solo sin ayuda de nadie. Cada día despierto pero no puedo ver la luz del sol, todo es oscuridad y no sé como escapar, mis miedos me atacan, mis nervios algunas veces me vencen y no cómo puedo controlarme?, estoy en un cuarto sin salida, el ambiente es frío y me deprime, cada noche pensaba en ella.
Era una tarde hermosa, la conocí en una discoteca, la vi y me cautivo con su mirada, ella era muy atractiva y en ese momento solo pensaba en conquistarla.
Me llamo Juan, le dije. Ella me miró y sonrió, Soy Sabrina, me contestó, en ese instante conversamos y conversamos, después decidimos bailar.
Luego, salimos y nos fuimos a un hotel, nos dejamos llevar por la pasión, me volví loco al estar entre sus brazos, ella fue muy cariñosa conmigo y no pude resistir. Mi corazón latía rápido, nuestros besos eran profundos, piel con piel, un amor salvaje.
Estoy sentado en una banca y los recuerdos llegan a mi mente, esos recuerdos de amor y dolor, me enamoré, solo vivía para ella.
Después de unos meses, yo descubrí que ella era de doble filo, me enteré que llevaba una doble vida. Yo tenía una relación con ella pero descubrí que todo era mentira, ella me engañaba con una mujer.
Quedé decepcionado y no quería seguir con la relación y decidí terminar con ella, “No quiero seguir contigo, no quiero que me engañes más, es mejor terminar”, le dije. Ella me miró, me besó y me respondió,”No quiero dejarte, terminaré con ella”, yo dudé de su respuesta, me llevo a la cama y otra vez caí en la tentación, yo la amaba pero a la vez sentía confusión, no sabía si continuar con ella o terminarla, pero cada vez que ella me decía algo, yo le creía y me convencía.
Ahora, estoy entre las rejas, cada vez que la recuerdo, lloró con cólera, con rabia, me siento fustrado, algunas veces quería morir, cómo pude caer en sus redes, cómo pude joderme la vida con ella, estaba loco de remate y no medí mis actos, me dejé llevar por mis instintos, no encontraba salida ante esta enfermedad, recuerdo ese día trágico:
Nos peleábamos seguido, yo, no creía en ella, pero sus palabras querían convencerme una vez más, era una puta, eso era lo que yo pensaba.
Un día estábamos en el cuarto de un hotel, después de hacer el amor, yo le pregunté si ella me amaba de verdad y no respondió. Eso me enfureció y empezamos a pelear de nuevo, esa vez nos exaltamos mucho, me enfurecía cuando ella me decía que tuviera paciencia, pero yo ya no soportaba más otra mentira. Le dije para terminar, pero ella con cólera me tiró una cachetada y yo le respondí.
Cuando recuerdo este hecho, me deprime. Me pongo a pensar en mi, en ella, en las cosas que vivimos, pero a la vez me arrepiento de lo que hice. Juro que no era mi intención, no quería matarla.
Ese día que estábamos en el cuarto, cada segundo que pasaba nos hacíamos daño, ella y yo discutíamos son parar hasta que mi musa adorada quiso golpearme con un florero, yo me defendí, no la dejé. La tire a la cama y agarré una almohada, se lo puse en su cara, quería matarla. Me sentí engañado por ella, como me podía dejar por una mujer, a la vez me decía que me amaba, qué clase de mujer era, un puta más, una mujer sin vida.
Ella se defendió, agarró el florero y me golpeó. Salí del cuarto, la deje, me fui a un bar cerca del hotel y empecé a beber sin parar. Minutos después, ella me buscó y quiso sacarme del bar, yo no quise y la empecé a golpear en público. Dos hombres, me detuvieron pero yo los golpeé y me escapé del lugar.
Al día siguiente, yo la encuentro en la calle, estaba comprando, pare y salí del carro. Le pedí perdón, ella sonrió y me beso, fuimos al hotel de siempre. Ese día, yo sentía mucho rencor por todas las cosas que me hizo y decidí matarla de una vez por todas.
Ella me abrazó, no sabía mi plan, la empecé a besar y en un segundo, saqué mi navaja y la acuchillé, le di 20 puñaladas, ella me miraba con una cara pálida y yo veía su sangre correr, estaba lunático.
Minutos después, llegó la policía, las personas que estaban en el hotel habían escuchado los gritos, no tenía escapatoria.
Me arrepiento de lo que hice, me siento fatal, ahora tengo que quedarme 30 años en la cárcel, me jodí la vida, todo por una mujer, pero era una persona que amaba con el alma, ella no me correspondía pero igual la amaba, lo que sentía por ella era intenso, no sé si era obsesión pero me dejé llevar por mis instintos pero esta relación tuvo un final trágico. Ahora tengo que vivir solo entre la oscuridad, la gente me mira con desprecio, nadie me quiere ayudar, soy un asesino, soy un criminal. Me siento pequeño en este mundo, la vida me jugó una mala pasada, solo queda resignarme que seguir con esta condena. Ella está lejos de mí, está muerta, me arrepiento de todo, este vació que tengo no tiene fin, me quedé sin respiración, mi mundo se desplomó.
Soñar despierto, romper un sueño volver a respirar, es lo que quiero.
FARFÁN ESPILCO, ANGELA EL ROSARIO
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