miércoles, 28 de marzo de 2012

Decisión

Y evoco aquella noche en la que tú y yo nos dejamos llevar por el brillo tenue de las estrellas y decidimos ser uno.

Miro como todo pasa, como las hojas se derrumban por el otoño próximo, como tu voz cambia, como los latidos de tu corazón disminuyen su velocidad, al parecer, los sentimientos se hacen cortos.

Tengo un sueño muy constante y es que tú y yo seamos los de antes, parece que  es fácil, me digo la verdad no lo es. Tengo miedo de equivocarme.

Mis días me atormentan, tus ojos me delatan y la intensidad de tus besos reflejan el suspiro de una flor que quiere nacer, tan tibios, tan cortos, tan duros.

Las noches son largas y cada vez que pienso en ti, me vuelve el deseo de querer hacerte feliz, pero qué hago. No puedo.

Los caminos son inciertos para mí, por qué, mi mente lo sabe, mi sombra lo sabe, pero mi corazón se niega a entenderlo.

Cada vez que tropiezo, no me dejo caer, porque no importa cuantas veces lo haga sé que alguien estará ahí observando mis pasos, mis ojos, mi vida.

Ya basta con mis pensamientos, ya no puedo seguir creyendo, porque el fuego me está consumiendo.

Dejo de lado todo, se queda él y estás tú, que el brillo se mantenga, porque es una decisión tomada y reflejada en lo que pudo, pero no quizo ser.

Aunque las tardes se hayan llevado su reflejo, las noches me han traido el tuyo y mientras más cerca estés de mi vida, correré siempre a la tuya, buscando la entrada a tu fantasía y logrando la salida de su fantasía, porque es lo mejor. Duele.

Ya no queda nada, ese corto terminó. Esta vida continua y sea cual sea el agregado de la historia, nosotros le pondremos la chispa para que vuelva esa noche de cielo estrellado.

Ahora sólo estamos tú y yo tratando de volver a unir el brillo de las estrellas en una sola sombra, la nuestra.

NATHALÍ PAREDES LOZANO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario